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Desintoxicación

  • Foto del escritor: Ricardo Nacach
    Ricardo Nacach
  • 5 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

En tiempos como los que transitamos la palabra “intoxicación” y sus derivadas, resultan muy frecuentemente leídas o escuchadas. Así veremos los alimentos tóxicos, las drogas, el alcohol, el tabaco, los fármacos de diversa índole, el aire que respiramos, el agua que bebemos (napas contaminadas, metales y venenos ambientales), hasta las emociones tóxicas (ira, angustia, temor, rumiación mental), trabajos tóxicos, relaciones tóxicas (familiares, amistades, parejas).


Con todo esto hablar de una sola forma de desintoxicar el organismo parece un tanto simplista, y necesariamente habrá diferentes maneras de ayudar a nuestro tan vapuleado organismo en su tarea de mantenernos lo más “limpios” posible.

Para la medicina tradicional china, existen un CHI o energía circulante que proviene de  tres fuentes principales: la energía ancestral o heredada (sobre la cual,  poco podremos influir), y las de origen respiratorio y alimentario.

Una enorme tarea cumple la respiración en la misión de limpiar el cuerpo.

Todos los días observo personas que tienen un hábito respiratorio muy malo (corto, rápido, entrecortado, sólo con la parte alta de los pulmones, roncadores, pacientes con apneas mientras duermen). Esto se asocia  a inquietud, ansiedad, agresividad, inseguridad en el plano mental, y con obesidad, cardiopatía, diabetes, hipotiroidismo y otras afecciones en el plano físico.

Es muy recomendable aprender concientemente a respirar, reconocer cuando lo estamos haciendo mal para revertirlo. El Yoga, Tai Chi, la meditación, y hasta cualquier tipo de ejercicio físico aeróbico ayudan a oxigenar la sangre favoreciendo el proceso depurativo.

Con respecto a la intoxicación del cuerpo proveniente de los alimentos, debo señalar que los hábitos de la modernidad influyen perniciosamente. La comida “chatarra”, las bebidas gaseosas, el abuso de químicos (conservantes, edulcorantes, colorantes), el alcohol, los dulces, harinas refinadas, café en exceso saturan de trabajo a nuestros mecanismos naturales de limpieza.

En Oriente se recomiendan los ayunos, en algunos casos semanales, en otros quincenales o mensuales. Pueden ser completos (nada de sólidos ni líquidos), o sólo con agua, o jugos de frutas, o te de hierbas.

Los ayunos deben ser siempre supervisados y guiados por el médico.

Nosotros utilizamos días de limpieza con un solo elemento como por ejemplo arroz integral, o uvas, o distintos tipos de frutas.

Ya desde lo general, sugiero una alimentación fundamentalmente vegetariana con frutas frescas, vegetales predominantemente crudos, o cocidos al vapor. También deben utilizarse cereales integrales (arroz, trigo, centeno, avena), semillas (sésamo, mijo, lino, girasol, zapallo, amapola).

Debe beberse abundante cantidad de líquidos (ideal dos a tres litros al día entre agua, jugos frescos, infusiones de hierbas y caldos).

Por último quisiera comentar que el cuerpo humano incluye  un complejo sistema depurativo donde, el hígado, los riñones, la piel, los pulmones, los intestinos  colaboran a  tal fin. Pero hay un sistema sutil que está asociado a estos órganos y que es profundamente estudiado por las medicinas orientales. Es la circulación de energía, alterada por distintos estímulos y fundamentalmente por las emociones que antes llamamos tóxicas.

De esto se desprende que un cuerpo desintoxicado colaborará con un estado de equilibrio energético, psíquico y físico, pero a su vez este estado favorecerá claramente la limpieza del cuerpo garantizando la salud, la armonía y la longevidad.


Ricardo Nacach

 
 
 

1 comentário


jl_del_rio
15 de jan. de 2021

Los resultados del tratamiento y la aplicación de los consejos me han brindado excelentes resultados, no solo por la reducción de peso sino también por el aumento de la energía y el equilibrio logrado, muchas gracias a todo el equipo.


José Luis

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