Mi mejor deseo

¿Otra vez diciembre? ¿Será que esto sólo a mí me pasa? No tengo ni idea cómo llegamos hasta aquí, se me confunden cosas que pasaron hace meses y parecen hace siglos y otras que creería que pasaron ayer y ocurrieron hace tanto.

Lo cierto es que vivimos un año de dientes apretados, de garganta oprimida, de puños cerrados y quisiera con esta figura desearte algo diferente para el año próximo.

Que el apretón de dientes se transforme en gestos más relajados, sonrisas amables, palabras gentiles, educadas, simples .

Que la garganta se libere de angustias y fluya la comunicación entre todos, sin tanta crispación , en charlas que nutran, que conmuevan, que calienten el pecho.

Y que los puños se abran, para dar, para ofrecer una mano que ayude a levantarse al que lo necesita, para guiar al desorientado, para abrazar, acariciar, empujar, sostener, reparar, trabajar, sanar desde la mejor intención de hacer el bien.

Disfrutá de todo lo bueno que te pasa, de lo mucho que tenés y no te preocupes por lo que aún no ha sucedido ni sabemos si sucederá.

Abrazo lleno de esperanza.

Ricardo Nacach