Un fin de año diferente

Hace ya algunos años, en mi viaje a India, el 31 de diciembre me encontró camino a Varanasi, ciudad sagrada sobre el río Ganges. Al llegar al hotel, agotado de tanto camino recorrido, me vi sorprendido al ser invitado a una cena que allí se había organizado para celebrar el año nuevo.

Disfruté de una comida exquisita servida al aire libre, en una noche muy fría. Entre mi cansancio y la baja temperatura, me encontré sentado en una gran mesa rodeado de gente desconocida, algunos mucho más preparados que yo para la hora de los festejos. Paradójicamente yo estaba muy abrigado, mientras que una mujer alemana tiritaba con su vestido largo con la espalda totalmente descubierta. Se ve que lo había imaginado para la ocasión y no pudo con la tentación de usarlo a pesar de congelarse literalmente. Disfruté del "carnaval del mundo" mientras que los ojos se me iban entornando, tan es así que cinco minutos después de las doce, ya estaba gozando las sábanas limpias y frescas en mi habitación. A la mañana siguiente, partí rumbo a Varanasi. Allí el panorama era rotundamente diferente, hombres y mujeres peregrinando, amuchados alrededor de un fuego encendido con unos discos forjados en bosta de vaca desecados, calentando sus pies descalzos. Recorriendo el lugar entre el gentío, ardían unas piras donde distintos grupos despedían a sus muertos. ¡Qué diferentes sensaciones agitaban mi alma con un día de diferencia!, ese panorama tan conmovedor contrastaba con la realidad a la cual estaba acostumbrado.

A la hora del crepúsculo, una flotilla de botes se internó en el Ganges y cada persona posó sobre el agua una vela flotante pidiendo un deseo. Miles  de pequeñas lucecitas iluminaban la noche y el corazón de quienes las depositaban. Recuerdo haber seguido con la mirada a la mía, hasta que se fue entremezclando con tantas otras río abajo, generando entre todas una imagen que jamás olvidaré en mi vida. Quiero en este momento desearte, aquello que en su momento pedí para mi: amor, paz de espíritu y salud para vos y para aquellos que te rodean, valorando, disfrutando y honrando la vida que nos tocó en suerte vivir.

Feliz 2018

Ricardo Nacach