Vivir el hoy
- Ricardo Nacach
- 3 jun 2016
- 2 Min. de lectura
Por qué la muerte de alguien público nos conmueve tanto? (no solo de personas admiradas o queridas, puede que sean conocidas, artisas, o individuos anónimos que adquieren notoriedad por la forma particular de su desaparición).

Por qué las muertes violentas nos sacuden especialmente ?.
Por qué las muertes cercanas y no sólo de amigos o familiares nos movilizan diferente?.
Si la persona en cuestión es un ser querido, respetado o hasta idolatrado, la respuesta es obvia. El dolor se vincula con la pérdida del objeto de amor.
Y si el sentimiento amoroso no estuviera en juego?.
Yo creo que cada muerte, nos confronta con nuestra propia muerte, y con la de cada ser querido que esa persona fallecida representa en nuestra vida. Si es un joven, podría ser nuestro hijo, si es un adulto mayor, con nuestro padre, si es una madre con hijos pequeños, nuestra propia mujer y así sucesivamente.
Por otra parte, también sacuden más las partidas sin previo aviso, las que ocurren en un instante, las inesperadas, las violentas, las que no nos permiten creer lo que está sucediendo.
En muchos casos es real dicha forma abrupta e inesperada, y en otras, por desinformación, o negación, o ignorancia, creemos que algo es inesperado y realmente era una verdadera “profecía autocumplida”.
Este estar “no preparados”, ahonda más nuestros temores de que a cualquiera le cabe, incluso a uno mismo, que hoy estamos y mañana … no sabemos .
Es muy impactante escuchar los comentarios de pacientes que concurren al consultorio, los días siguientes a un hecho como los que relato.
Es asimismo muy interesante escuchar las reflexiones acerca de cómo quisieran cuidar su salud, vivir mejor, disfrutar más la vida en forma armónica.
También es sugestivo para mi propio ser observador, como ese tema se desvanece, rápido…demasiado rápido de las charlas del consultorio, de las notas televisivas, de las conversaciones familiares, etc.
Qué nos lleva a tapar esto que tanto nos angustia?, cual es la razón para que dejemos de abordar una temática tan movilizante y volvamos urgentemente por ejemplo en la TV a las peleas entre bailarinas y jurados?.
Creo que tendemos a negar lo que nos conmueve, algo así como barrer el polvo bajo la alfombra. No soportamos el dolor, por eso preferimos la anestesia, la que nos duerme, nos atonta, nos hace alucinar con un mundo irreal.
Creo además que ahondar en temas profundos, espirituales, donde compartir lo que sentimos, el dolor, la angustia, la pena , la solidaridad, los miedos, la bronca, etc, paga poco, y mucha gente necesita el alivio facilista aunque absolutamente idiotizante.
Concretamente de lo que se trata, es de la angustia existencial que nos genera la única certeza que se tiene en el momento mismo del nacimiento, pero nadie sabe ni cuando ni como… de este mundo partiremos.
Por eso estas reflexiones, que no son más que mis pensamientos volcados en estas líneas, apuntan a insistir e insistirme que la vida es hoy, que este instante es el único que existe, que lo pasado ya fue, y que el futuro es una incógnita tan grande que no merece la pena poner demasiada energía en lo que no sabemos si algún día pasará, y sobre todo, si pensando y ambicionando en función de futuro, dejamos de disfrutar lo único verdadero que es el hoy… ahora!.
Ricardo Nacach
Muchas felicitaciones por tus 30 años de gran médico .En cualquier momento aparezco por allí .Recibí un fuerte abrazo de tu paciente más AÑOSA !!!!!